La puesta en marcha del Sistema de Entradas y Salidas (SES) de la Unión Europea (UE) podría retrasarse de nuevo, lo que suscita preocupación sobre si algunos países de la UE están preparados y cómo afectará a los viajeros.
Dado que el sistema recogerá datos biométricos en las fronteras, muchos se preguntan cómo afectará este retraso a los visitantes, los inmigrantes y las políticas de inmigración.
Países con dificultades para preparar la tecnología biométrica
El SES, diseñado para agilizar los controles fronterizos mediante el registro de datos biométricos, incluidas las huellas dactilares y el reconocimiento facial, iba a ponerse en marcha el 10 de noviembre de 2024 después de varios días.
Sin embargo, según informan múltiples fuentes, podría sufrir nuevos retrasos. Según The Guardian, al menos tres países de la UE no están totalmente preparados para la implantación del sistema.
El retraso se debe a que varios países de la UE, como Bélgica y Francia, aún no están preparados para la infraestructura tecnológica necesaria para soportar el SES.
Según The Guardian, es posible que estos Estados no puedan introducir los sistemas biométricos avanzados que requiere la EEE.
Aunque algunos Estados miembros están preparados para ponerlo en marcha, estas lagunas de preparación en todo el bloque plantean problemas logísticos que obligan a retrasar el lanzamiento.
La seguridad fronteriza de la UE, lista para una importante mejora
El Sistema de Entradas y Salidas (SES) forma parte del plan de la UE para actualizar la gestión de sus fronteras.
Recogerá datos biométricos, como huellas dactilares y escáneres faciales, de las personas que entren y salgan del espacio Schengen.
El objetivo es mejorar la seguridad, reducir el número de personas en situación irregular y agilizar los controles fronterizos. Este sistema se aplica a los viajeros no pertenecientes a la UE, como turistas, inmigrantes y titulares de visados, y sus datos se guardarán para futuros viajes por la región.
(Imagen cortesía de Helmut Zozmann vía Wikimedia Commons)
Los viajeros se enfrentan a nuevas normas fronterizas tras la puesta en marcha del SES
Una vez que el sistema esté en funcionamiento, los viajeros que entren en la UE tendrán que facilitar datos biométricos, como huellas dactilares o escáneres faciales, en los controles fronterizos.
Esto se aplicará tanto a los visitantes que entren por primera vez como a los que ya hayan viajado a la UE, ya que su información se almacenará durante unos cinco años.
Con ello se pretende hacer cumplir las normas sobre visados y viajes, facilitando la detección de quienes rebasen el plazo de estancia autorizado.
Los viajeros deberán esperar más tiempo en la frontera debido al tiempo adicional necesario para recopilar estos datos.
Largas esperas para los viajeros de la UE
Los retrasos en la puesta en marcha del SES afectarán sobre todo a los visitantes de corta duración, como turistas y viajeros de negocios. Las personas acostumbradas a cruzar rápidamente la frontera en el espacio Schengen podrían tener que enfrentarse a controles más minuciosos una vez que el sistema biométrico esté plenamente operativo.
Aunque el sistema pretende agilizar el cruce de fronteras en el futuro, podría haber colas más largas en aeropuertos y fronteras terrestres durante el periodo de adaptación.
Los viajeros que se dirijan a lugares populares como Francia o Italia deben esperar posibles retrasos una vez que el sistema entre en funcionamiento.
(Imagen cortesía de Connor Danylenko vía Pexels)
Tiempos más difíciles para los inmigrantes
Para los visitantes de larga duración, como los que vienen por trabajo o estudios, el SES añade más vigilancia. Los inmigrantes que permanezcan más tiempo del permitido en sus visados serán más fácilmente localizables por el sistema, lo que podría dar lugar a más expulsiones de quienes se queden más tiempo del permitido.
El SES también podría dificultar las cosas a los inmigrantes que soliciten asilo, ya que sus datos se cotejarán más exhaustivamente con las bases de datos de la UE.
Además, el SES funcionará junto con el Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS).
Una vez que ambos sistemas estén activos, los visitantes tendrán que registrarse para obtener la aprobación del ETIAS y facilitar datos biométricos al entrar, lo que añadirá niveles adicionales de control para los viajeros extracomunitarios.
Políticas de inmigración bajo presión
Las políticas de inmigración de la UE están cambiando a medida que se centraliza el control de las fronteras. Los retrasos en la puesta en marcha del SES ponen de manifiesto las dificultades de la UE para coordinar la inmigración y la gestión de las fronteras.
Países como Grecia e Italia, que reciben muchos inmigrantes, piden más ayuda a otros miembros de la UE para crear la tecnología y la infraestructura necesarias para el SES.
Se espera que el SES proporcione a las autoridades de inmigración datos útiles para seguir mejor las pautas de viaje y el cumplimiento de los requisitos de visado. Sin embargo, los retrasos pueden ampliar la ineficacia actual y dificultar a corto plazo la gestión de la inmigración en los países de la UE.
Para países como Hungría y los Países Bajos, que quieren más control sobre sus propios sistemas de asilo, estos retrasos podrían afectar a las futuras conversaciones sobre inmigración dentro de la UE.
Los retrasos plantean dudas
Los repetidos retrasos en la puesta en marcha del Sistema de Entradas y Salidas (SES) han suscitado dudas sobre si la UE está preparada para gestionar la recogida de datos biométricos a gran escala en sus fronteras.
Aunque el sistema pretende mejorar la seguridad fronteriza, estos retrasos ponen de manifiesto problemas logísticos que deben solucionarse antes de que pueda ser plenamente operativo.
Mientras los visitantes de corta duración, los viajeros de larga duración y los inmigrantes se preparan para unos controles fronterizos más estrictos, los continuos retrasos les dan más tiempo para adaptarse, pero también plantean dudas sobre la capacidad de la UE para gestionar sus políticas fronterizas.