La población de la UE aumenta gracias a la migración y la recuperación del COVID

La población de la UE aumenta gracias a la migración y la recuperación del COVID

La población de la Unión Europea (UE) ha crecido por segundo año consecutivo, alcanzando los 449,2 millones de habitantes en enero de 2024.

Este crecimiento se debe a un mayor número de personas que se trasladan a la UE tras la COVID-19 y a la afluencia de desplazados procedentes de Ucrania.

El crecimiento demográfico de la UE desafía las tendencias recientes

La población de la UE ha crecido en 1,6 millones de personas entre enero de 2023 y enero de 2024.

Este aumento se produce tras un breve descenso durante la pandemia de COVID-19, cuando la población disminuyó en unas 800.000 personas entre 2020 y 2021.

Eurostat, la oficina estadística de la UE, atribuye este resurgimiento a dos factores principales:

  1. Un mayor número de personas que se trasladan a la UE en el periodo posterior a COVID-19

  2. La afluencia de desplazados de Ucrania tras la invasión rusa de febrero de 2022.

Estos cambios demográficos tienen importantes repercusiones para los Estados miembros de la UE, ya que afectan a la planificación económica y los servicios sociales.

La migración, principal motor del crecimiento demográfico

Aunque en la UE hay más muertes que nacimientos, la migración neta positiva ha compensado con creces este déficit.

La migración se ha convertido en la principal razón del crecimiento demográfico de la UE, lo que la convierte en el principal factor de configuración de las cifras de población de la región.

People gathering in front of monument

(Imagen cortesía de Yovan Verma vía Pexels)

Crecimiento desigual en los Estados miembros de la UE

Aunque la población total de la UE ha aumentado, no todos los países han experimentado un crecimiento.

Los datos revelan un marcado contraste entre los Estados miembros:

  • España encabeza la lista con un impresionante aumento de 525.100 personas.

  • Le siguieron Alemania y Francia, con aumentos de 330.000 y 229.000 respectivamente.

  • Polonia experimentó el mayor descenso, con una pérdida de 132.800 residentes.

  • Grecia y Hungría también experimentaron descensos de población.

Estas diferencias ponen de manifiesto los complejos retos demográficos a los que se enfrenta la UE, ya que algunos países luchan por mantener sus niveles de población mientras otros experimentan un rápido crecimiento.

Tendencias demográficas a largo plazo

Observar el crecimiento demográfico de la UE desde una perspectiva histórica proporciona un contexto valioso.

Desde 1960, la población de la UE ha crecido en 94,7 millones de personas, lo que supone un aumento del 26,7%.

Sin embargo, el ritmo de crecimiento se ha ralentizado considerablemente en las últimas décadas:

  • 1960s: Aumento medio anual de 2,9 millones de personas

  • 2015-2024: Aumento medio anual de 0,6 millones de personas

Esta ralentización del crecimiento demográfico tiene importantes consecuencias para el futuro de la UE, especialmente para la mano de obra y los sistemas de bienestar social.

People Walking Beside Baggage Hall and Arrivals Hall Signage

(Imagen cortesía de Skitterphoto vía Pexels)

Ajustes en la gestión de fronteras

El reciente crecimiento demográfico en la UE podría afectar a visitantes e inmigrantes, incluidos los que vayan a utilizar el Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes ( ETIAS) o solicitar visados Schengen.

El sistema ETIAS, que se implantará en 2025, pretende mejorar la seguridad de los visitantes de corta duración. Sin embargo, el aumento global de la población podría cambiar la forma en que la UE gestiona sus fronteras y procesa a los visitantes.

Para los viajeros e inmigrantes de larga duración, como familias, inversores, nómadas digitales y estudiantes, el crecimiento demográfico podría tener efectos diferentes. Podría dar lugar a una mayor competencia por los recursos y las oportunidades en los países de destino más populares.

Sin embargo, también podría significar una economía fuerte y experiencias culturales diversas en los centros urbanos en crecimiento.

Enfoques más matizados de la gestión de la inmigración

Las recientes estadísticas demográficas afectarán probablemente a las políticas de inmigración de la UE, tanto a nivel de la Unión como de cada país.

Dado que la inmigración ha contribuido a equilibrar el descenso natural de la población, es posible que haya enfoques más detallados de la gestión de la inmigración.

En el caso de los sistemas ETIAS y Schengen, podría haber presiones para acelerar los procesos a fin de acoger a más visitantes y residentes de corta duración. Sin embargo, la seguridad seguirá siendo una prioridad, por lo que puede haber procedimientos de control más estrictos.

A nivel nacional, los países con crecimiento demográfico pueden cambiar sus políticas de inmigración para gestionar mejor a los nuevos residentes.

Por otro lado, los países con descenso de población podrían crear políticas de inmigración más favorables para atraer a los recién llegados y fomentar el crecimiento.

Retos y oportunidades

Como la población de la UE sigue creciendo, sobre todo a través de la inmigración, los responsables políticos se enfrentan a retos y oportunidades.

Tienen que ayudar a los nuevos residentes a integrarse, mantener unidas a las comunidades y mejorar las infraestructuras para dar cabida a más personas.

La llegada de nuevos residentes también aporta a la UE nuevas ideas, competencias y diversidad cultural. La utilización de estos activos podría generar innovación, crecimiento económico y enriquecimiento cultural en toda la región.

El reciente crecimiento de la población, impulsado por la migración posterior al COVID y los acontecimientos geopolíticos, marca un cambio significativo en la población de la UE.

A medida que los responsables políticos afronten estos cambios, es probable que en los próximos años se adopten nuevos planteamientos en materia de inmigración, integración y políticas sociales.