La restrictiva ley de inmigración francesa deja en el limbo a los inmigrantes indocumentados

La restrictiva ley de inmigración francesa deja en el limbo a los inmigrantes indocumentados

El gobierno francés aprobó la semana pasada una nueva ley de inmigración restrictiva, a pesar de que el país se enfrenta a una grave escasez de mano de obra.

Se suavizaron las disposiciones para agilizar el proceso de legalización de los inmigrantes indocumentados, dejando a cientos de miles de personas en una situación incierta.

Sin embargo, las nuevas medidas pueden ofrecer una esperanza limitada.

La controvertida ley obtuvo finalmente la aprobación del partido de extrema derecha Agrupación Nacional, de Marine Le Pen, después de que se hicieran concesiones clave.

Su principal objeción había sido la propuesta de regularizar a los inmigrantes indocumentados que trabajan en sectores con escasez de mano de obra.

Se introduce una vía de legalización limitada

Aunque no llega tan lejos como el texto original, la ley aprobada ofrece una vía para obtener permisos de residencia a los inmigrantes indocumentados que desempeñan trabajos de gran demanda.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, calcula que esto podría duplicar las legalizaciones anuales hasta "diez mil trabajadores extranjeros adicionales".

Sin embargo, los grupos de defensa de los derechos de los migrantes afirmaron que los criterios restringidos significan que sólo se beneficiará una fracción de los 600.000 a 900.000 migrantes indocumentados estimados.

La mayoría seguirán atrapados trabajando ilegalmente, incapaces de integrarse plenamente en la sociedad francesa.

Represión más severa de la ilegalidad

Simultáneamente, la ley reprimirá la inmigración irregular.

Se reintroducen las multas de hasta 3.750 euros por residencia ilegal, suprimidas bajo François Hollande.

También se endurecerán las sanciones a los empresarios que contraten personal indocumentado.

¿Quiénes son los "sin papeles" franceses?

Los sin papeles, conocidos como "sans papiers" en Francia, trabajan principalmente en la construcción, la limpieza, la hostelería y el cuidado de personas.

Al principio, la mayoría estaba en situación legal, pero la principal vía de entrada en la ilegalidad es el visado caducado.

Amadou, entrevistado por France 24 con el nombre cambiado, lleva 19 años trabajando en Francia tras llegar de Mali con un visado de trabajo.

A pesar de la ayuda de su jefe, este trabajador de la restauración no ha podido regularizar su situación desde que se rechazó su solicitud inicial en 2012.

La economía contradice la postura dura

Los estudios demuestran que la legalización genera ingresos fiscales y beneficia a la economía.

Con el desempleo en mínimos de la década, persiste la escasez de mano de obra en ocho de cada 10 sectores, en parte debido al envejecimiento de la población activa.

Aspirar al pleno empleo y rechazar la mano de obra inmigrante parece contradictorio.

Los jóvenes franceses, en su mayoría con estudios y movilidad, rehúyen los puestos ocupados por inmigrantes.

Patrick Martin, del sindicato francés de empresarios, sostiene que ahora es necesario recurrir a trabajadores extranjeros.

Fronteras más estrictas para los visitantes de la UE

La controvertida ley se inscribe en una tendencia europea más amplia hacia políticas de inmigración más restrictivas.

Esto afectará a los ciudadanos y visitantes de la Unión Europea (UE ), que disfrutan de unas fronteras interiores ampliamente abiertas en el marco del espacio Schengen.

Francia es uno de los países que presionan para que se refuercen las fronteras exteriores antes de la puesta en marcha del sistema ETIAS en 2025.

La exención de visado exigirá un control previo de los viajeros exentos de visado procedentes de más de 60 países.

El endurecimiento de las normas de inmigración por parte de los principales países de la UE sugiere que el bloque pretende filtrar las llegadas de forma más rigurosa.

Presión para que los países vecinos sigan el ejemplo

Como miembro influyente de la UE, la postura más firme de Francia presionará a los países vecinos para que apliquen controles de inmigración más estrictos.

Sin embargo, su escasez de mano de obra puede forzar políticas más suaves para los trabajadores inmigrantes a pesar de la retórica.

La necesidad de mano de obra extranjera es acuciante en toda la UE debido al envejecimiento de la población activa y el descenso de la natalidad.

Sin embargo, la inmigración sigue siendo un tema candente, con los partidos de derechas ganando terreno.

Europa se enfrenta a un difícil equilibrio entre las exigencias económicas y el sentimiento populista contrario a la inmigración.

Pasos cautelosos hacia el reconocimiento

Aunque la retórica antiinmigración sigue siendo fuerte en la política francesa, los cambios políticos reconocen las realidades económicas.

Las cuotas de visados estacionales se superaron rápidamente en Italia bajo su nueva administración de derechas.

La analista de políticas de inmigración Anna Piccinni afirma que resolver la situación irregular de los trabajadores comprometidos es clave: "Tiene que ser parte de la solución".

La vía de legalización limitada de Francia señala un reconocimiento temprano del papel de la inmigración para suplir la escasez de mano de obra.

Sin embargo, con sanciones y obstáculos aún más severos, la mayoría de los inmigrantes indocumentados se enfrentan a un futuro incierto.