La UE alcanza un acuerdo histórico para revisar los derechos de asilo y migración

La UE alcanza un acuerdo histórico para revisar los derechos de asilo y migración

En un gran avance, los legisladores de la Unión Europea llegaron a un acuerdo a primera hora del 20 de diciembre para revisar las leyes de asilo y migración del bloque tras maratonianas negociaciones nocturnas.

El acuerdo pretende aliviar la presión sobre los Estados de primera línea mediante procedimientos de investigación más rápidos, controles fronterizos más estrictos y la obligación de que todos los miembros compartan la responsabilidad de acoger a los recién llegados.

Los partidarios de la reforma la consideran histórica, mientras que los críticos advierten del riesgo de que socave los derechos de asilo y permita abusos.

Control y detención

Según el nuevo reglamento de control, quienes crucen irregularmente las fronteras de la Unión Europea (UE ) se enfrentarán a controles obligatorios de hasta cinco días de duración para verificar su identidad, registrar sus datos biométricos, realizar comprobaciones de seguridad y determinar los pasos a seguir.

El acuerdo permite a los Estados fronterizos detener a quienes lleguen durante el control en lugares situados en la frontera o cerca de ella.

Los niños pueden ser retenidos como "último recurso" si no se dispone de alternativas menos coercitivas.

Los grupos de ayuda advierten de que esto normaliza la detención y aumenta los perfiles raciales.

La UE lo niega, insistiendo en que los controles deben respetar los derechos fundamentales.

Veto más rápido

La reforma establece procedimientos comunes en la UE para acelerar las decisiones sobre las solicitudes de asilo.

Las solicitudes de nacionales de países con bajos índices de reconocimiento podrán tramitarse por vía rápida en la frontera en un plazo de 12 semanas.

Los partidarios afirman que así se acelerarán las expulsiones de los rechazados y se concederá protección más rápidamente a los que reúnan los requisitos.

Los detractores argumentan que un examen truncado puede dar lugar a malos tratos.

Responsabilidad compartida

Un nuevo mecanismo de solidaridad obliga a todos los miembros a ayudar en la llegada de inmigrantes reubicando a los solicitantes de asilo o proporcionando otro tipo de ayuda logística y financiera a los países de acogida.

Los miembros pueden optar por no acoger a estas personas haciendo una "contribución solidaria" a las naciones que las acogen.

Sus defensores creen que el reparto obligatorio de la carga reducirá la presión sobre los países de acogida.

Los escépticos sostienen que la exclusión voluntaria permite eludir responsabilidades.

Devolución de solicitantes de asilo rechazados

El acuerdo introduce nuevas medidas para aumentar los índices de deportación, entre ellas la vinculación de la cooperación en materia de readmisión a los visados y la ayuda al desarrollo.

La UE espera convencer así a los países de origen de que acepten a más solicitantes rechazados.

Los activistas sostienen que este enfoque no es ético y subvierte los objetivos de desarrollo.

Respuesta a la crisis

Un nuevo Reglamento de crisis aumenta la ayuda disponible para los Estados fronterizos que sufren presiones externas o oleadas de inmigrantes, por ejemplo debido a la instrumentalización por un tercer país.

La UE espera que el refuerzo de la ayuda de emergencia pueda mitigar futuras crisis.

Los críticos advierten del peligro de extralimitaciones en circunstancias excepcionales.

Reacciones diversas

El Vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, saludó el avance porque convierte los "principios políticos del pacto en obligaciones jurídicas".

La Presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, lo calificó de acuerdo "histórico" después de que las instituciones de la UE "desafiaran los pronósticos". Expresó su orgullo por haber aportado "soluciones".

El Canciller alemán, Olaf Scholz, celebró la reforma por aliviar la presión sobre países afectados como Alemania.

El Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, alabó los esfuerzos para garantizar el reparto de responsabilidades.

Sin embargo, el legislador verde Damian Boeselager criticó que se socaven los derechos de asilo, advirtiendo que esto crea "campos de prisioneros".

Grupos de derechos como Amnistía Internacional y Oxfam también tacharon el acuerdo de "cruel e inviable", advirtiendo de que debilita la protección de los refugiados al tiempo que fomenta la detención.

Próximos pasos

La reforma necesita la aprobación formal para convertirse en ley, prevista para los próximos meses.

Las nuevas normas de control podrían aplicarse a partir de mayo de 2024, mientras que otras entrarían en vigor más adelante.

El acuerdo llega en un momento en que las cuestiones migratorias ocupan un lugar destacado en la agenda de la UE.

Aumentan los cruces ilegales y crece la influencia de los partidos de extrema derecha.

Tras años de estancamiento, el avance del pacto sugiere que el bloque está superando profundas divisiones sobre el reparto de cargas.

Sin embargo, persisten importantes disputas sobre el equilibrio entre compasión y control.

Consecuencias diversas para visitantes e inmigrantes de la UE

Una vez aplicados, los cambios radicales tendrán consecuencias diversas para quienes deseen visitar Europa o emigrar a ella.

El refuerzo de los controles puede suponer esperas más largas en las fronteras cuando las normas entren en vigor.

Sin embargo, la agilización de los procedimientos de asilo podría aliviar los cuellos de botella para los viajeros habituales.

Para los ciudadanos de fuera de la UE que planeen una reubicación a largo plazo, el hecho de que las reformas se centren en un control rápido y en la deportación indica un régimen más estricto.

Sin embargo, algunos grupos, como los estudiantes y los trabajadores cualificados, siguen teniendo acceso a vías legales más amplias.

Las nuevas normas no modificarán directamente los visados existentes, como el visado Schengen.

Sin embargo, el próximo sistema ETIAS, que se pondrá en marcha en mayo de 2025, podría sufrir modificaciones para adaptarse a los procedimientos de control revisados.

En general, los que sueñan con un futuro en la UE se enfrentan a un listón más alto y a perspectivas más precarias.

Sin embargo, siguen existiendo vías para quienes sepan sortear los nuevos y complejos obstáculos.

Repercusiones de gran alcance para las políticas nacionales

El acuerdo también tiene amplias ramificaciones en las políticas de inmigración de los Estados miembros.

Todos los Estados miembros deben transponer las normas de la UE a sus legislaciones nacionales, anulando así la normativa nacional vigente en muchos ámbitos.

Esto significa que los países europeos perderán autonomía en ámbitos fundamentales como los procedimientos de investigación y detención.

Sin embargo, se mantiene cierta discrecionalidad en aspectos como las políticas de deportación.

Los principios de solidaridad obligatoria también erosionan considerablemente las prerrogativas nacionales.

Los Estados de primera línea se resistieron durante años a compartir la carga, pero ahora deben cumplirlos.

Sin embargo, la flexibilidad de las reformas también deja margen a los países en cuestiones espinosas como la reagrupación familiar.

Además, se puede optar por no reubicar a los refugiados mediante contribuciones financieras.

En definitiva, la UE pretende armonizar, pero el pacto deja margen para desviaciones locales.

Esta tensión creativa puede resultar difícil de gestionar.

El amargo compromiso deja mucho trabajo por delante

Las maratonianas conversaciones han dado lugar a un compromiso muy reñido, pero que no ha satisfecho a todas las partes.

Los partidarios alaban el sistema de solidaridad, pero los detractores denuncian la merma de derechos.

Con la ampliación de competencias de la UE en un ámbito delicado, será vital contar con sólidos mecanismos de supervisión para evitar abusos a medida que se apliquen las complejas reformas.

En última instancia, el éxito del pacto depende de la creación de una plataforma equitativa que permita una gestión humana y ordenada de la migración.

Europa debe ahora hacer realidad esa visión.