Primer ministro polaco: "No aceptaremos ni un solo inmigrante" en el marco del plan de reubicación de la UE

Primer ministro polaco: "No aceptaremos ni un solo inmigrante" en el marco del plan de reubicación de la UE

El recién elegido Primer Ministro dePolonia, Donald Tusk, declaró que su gobierno rechazará cualquier reubicación de inmigrantes en el marco del pacto migratorio propuesto por la Unión Europea.

Tusk se opone firmemente al sistema de reubicación forzosa

En unas declaraciones inequívocas realizadas el 3 de enero, el Primer Ministro Tusk afirmó que "Polonia no aceptará ni un solo migrante" y que se opone firmemente a la introducción de cualquier "mecanismo forzoso" para reubicar a los solicitantes de asilo en la UE.

"La posición del gobierno polaco [es que] no aceptaremos ninguna reubicación forzosa y quiero asegurarles que Polonia no aceptará migrantes ilegales bajo ningún mecanismo de este tipo", dijo Tusk a los periodistas.

El pacto migratorio desata la polémica en Polonia

El polémico pacto migratorio de la UE se ha convertido en un asunto muy politizado en Polonia.

El anterior gobierno conservador del partido Ley y Justicia (PiS) se opuso enérgicamente al pacto por el mecanismo de reubicación que proponía.

Según el pacto, los Estados miembros de la UE deben aceptar a los solicitantes de asilo reubicados de los países de primera línea o pagar "contribuciones de solidaridad" para sufragar los costes de la migración.

El PiS atacó a la nueva administración de Tusk por estar "dispuesta a aceptar el pacto" después de que los Estados de la UE lo aprobaran provisionalmente una semana después de su toma de posesión el mes pasado.

Tusk reivindica su oposición en el pasado a los traslados forzosos

Sin embargo, Tusk defendió su postura alegando que "cuando se trata de reubicación forzosa, durante años, cuando fui presidente del Consejo Europeo, estuve definitivamente en contra de la llamada "solidaridad forzosa"."

Como presidente del Consejo Europeo de 2014 a 2019, Tusk supervisó la puesta en marcha de un anterior sistema de reubicación de la UE que fue abandonado en 2017 tras la resistencia de Polonia y Hungría.

Durante su mandato en Bruselas, Tusk abogó por la reubicación como "elemento clave" de la respuesta de la UE, al tiempo que advirtió de que no debía convertirse en el único objetivo.

En última instancia, Tusk admitió que los planes de reubicación obligatoria eran inútiles, allanando el camino para su desaparición.

Tusk acusa al PiS de permitir una inmigración descontrolada

El nuevo Primer Ministro ha acusado al anterior Gobierno del PiS de hipocresía en materia de migración.

Destacó que, a pesar de las posturas antimigratorias del PiS, Polonia registró olas récord de migración bajo su gobierno.

Tusk también condenó al PiS por el escándalo de los visados, que permitió a los inmigrantes trasladarse fácilmente a Polonia a través de una presunta trama corrupta.

Como nuevo líder de Polonia, Tusk prometió que "el fin de la era del PiS y del gobierno de Kaczyński también significa mucha más seguridad en lo que se refiere a la entrada incontrolada de migrantes."

Se teme un efecto dominó en los viajeros de la UE

La dura retórica de los dirigentes polacos puede tener repercusiones más amplias para los ciudadanos de la UE que deseen visitar el país o establecerse en él cuando se ponga en marcha el Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS ) en 2025.

Como miembro del espacio Schengen sin fronteras, Polonia puede verse presionada para ajustar más sus políticas de inmigración a las normas de la UE.

Cualquier límite a la inmigración puede permitir a otros Estados corresponder con restricciones a los millones de polacos que viven en el extranjero.

Con el sentimiento nacionalista en alza en toda Europa, los expertos advierten de que las medidas unilaterales de Polonia podrían desencadenar una "carrera a la baja" en las fronteras abiertas que definen el proyecto de la UE.

Implicaciones más amplias para la política europea de inmigración

La postura del Primer Ministro Tusk también plantea interrogantes sobre el compromiso de Polonia con las soluciones colaborativas en materia de inmigración a escala de la UE.

El pacto migratorio propuesto pretende compartir las presiones a las que se enfrentan los países en primera línea de las llegadas de inmigrantes mediante la reubicación intraeuropea.

Al rechazar una participación significativa en este sistema antes incluso de su ratificación, el gobierno polaco corre el riesgo de ser considerado un obstruccionista en lugar de un socio constructivo a la hora de trazar el futuro rumbo de Europa en materia de inmigración.

La incapacidad de encontrar un terreno común en un tema tan definitorio pone de manifiesto las fracturas emergentes en el seno de la UE, justo años antes de que el sistema ETIAS aspire a poner en práctica la unidad europea.

La clave está en la mesura

Mientras prosigue en Polonia el polémico debate sobre la inmigración, será necesario un planteamiento reflexivo y pragmático por parte de todos.

La retórica intransigente del Primer Ministro Tusk, destinada a apaciguar a los partidarios de la línea dura, entraña riesgos si cierra la puerta a soluciones políticas significativas.

Al mismo tiempo, la UE debe encontrar el equilibrio adecuado entre solidaridad y soberanía estatal.

Con un liderazgo inteligente que supere las disputas partidistas, Polonia puede avanzar hacia un sistema migratorio que defienda los valores europeos y respete la voluntad de sus ciudadanos. La cabeza fría debe prevalecer.